Un pájaro con mala suerte
Un pájaro volaba tranquilamente disfrutando del día. Distraído, comenzó a volar demasiado alto y empezó a sentir frío. Antes de que pudiera encontrar una corriente de aire más caliente, comenzó a nevar y el pájaro se congeló y cayó al suelo. En el colmo de la mala suerte, llegó una vaca y cagó sobre él.
Como el estiércol estaba tibio, el pájarillo comenzó a descongelarse y, sintiéndose otra vez bien, empezó a cantar. Un gato que andaba cerca escuchó el ruido y se preguntó que sucedía; así que se acercó al montón de estiércol y comenzó a removerlo. Pronto encontró al pajarillo y se lo comió de un bocado.
Esta historia tiene tres moralejas: Primera, no todos los que se cagan encima de ti son tus enemigos. Dos, no todos los que te sacan del estiércol son tus amigos. Y tres, cuando te sientas tibio y feliz, y te parezca que la suerte te sonríe, debes mantener tu bocota bien cerrada!
Un pájaro volaba tranquilamente disfrutando del día. Distraído, comenzó a volar demasiado alto y empezó a sentir frío. Antes de que pudiera encontrar una corriente de aire más caliente, comenzó a nevar y el pájaro se congeló y cayó al suelo. En el colmo de la mala suerte, llegó una vaca y cagó sobre él.
Como el estiércol estaba tibio, el pájarillo comenzó a descongelarse y, sintiéndose otra vez bien, empezó a cantar. Un gato que andaba cerca escuchó el ruido y se preguntó que sucedía; así que se acercó al montón de estiércol y comenzó a removerlo. Pronto encontró al pajarillo y se lo comió de un bocado.
Esta historia tiene tres moralejas: Primera, no todos los que se cagan encima de ti son tus enemigos. Dos, no todos los que te sacan del estiércol son tus amigos. Y tres, cuando te sientas tibio y feliz, y te parezca que la suerte te sonríe, debes mantener tu bocota bien cerrada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario